miércoles, 29 de julio de 2009


Sobre Senilidad
Me gusta esta diferenciación que hace Ricardo Moragas, entre senilidad y senescencia:

"a)Senilidad. El etiquetaje negativo más frecuente es el de "senil", calificativo asociado automáticamente con manifestaciones propias del envejecimiento patológico y caracterizado por pérdida de memoria, confusión mental, conducta irregular, etc. El término ha ganado popularidad y ha sido ampliamente difundido por los medios de comunicación pasando a identificar una conducta anormal, incapaz de mantener el ritmo de la vida social habitual. Las peresonas de cierta edad han interiorizado el estereotipo de la conducta senil y tienen miedo a ser catalogadas dentro de ella, ya que supondría el principio de la marginación social definitiva. El etiquetaje como senil supone la entrada en la categoría de anciano enfermo con nulas posibilidades de curación, ya que senilidad lleva inserta la temida inevitabilidad, cronicidad, o imposibilidad de curación.

A partir de cierta edad es frecuente que cualquier pequeña limitación de las facultades psíquicas tienda a identificarse con manifestaciones de senilidad. Por ejemplo, si un trabajador de más de sesenta años olvida algo, él mismo puede preguntar con temor: "¿Estaré volviéndome senil y perdiendo facultades para siempre?" Mientras que si su compañero de trabajo joven olvida algo, lo único que sucede es que piensan él y los demás que es un distraído. Estas deficiencias aparecen con mayor frecuencia en la ancianidad, pero la mayoría de los ancianos no experimenta la senilidad. Lo que experimentan los ancianos es la senescencia o proceso de envejecimiento como cualquier organismo vivo, pero la senescencia no lleva en sí otra limitación que la común al envejecimiento de los órganos. La semejanza de ambos términos ha llevado a identificar senescencia con senilidad pero ello equivaldría a decir que por tener sistema circulatorio todos debemos tener enfermedades cardiovasculares.

En realidad, los jóvenes tienen objetivamente más manifestaciones de irregularidad psíquica, pero estas irregularidades se consideran "normales" para su edad, socialmente aceptables y sin consecuencias importantes para el rol social del joven. Por otra parte, el etiquetaje de un anciano como senil posee consecuencias terriblemente desventajosas para la persona mayor: desde considerarlo un riesgo para la comunidad y tener que protegerlo para evitar que se dañe, suponerlo mentalmente incapaz por lo que no puede mantener una conversación y resultar socialmente peligroso por lo que debe ser internado."
karla.

lunes, 20 de julio de 2009

para la hora del insomnio

Esta es una recomendación para tener en cuenta para esas noches de insonmio...(una al medio)
karla.